“Cuando tomé la decisión de unirme a Primerica, era madre de dos hijas, de uno y tres años. Trabajaba de 10 a 12 horas por día como gerente de una planta de energía nuclear, trabajando tristemente en una carrera hacia los niveles de gerencia superior. Sabía que me estaba perdiendo las vidas de mis hijas. Pero entonces algo cambió. Comencé a tiempo parcial con Primerica en 1993 y obtuve grandes ingresos a los dos años”.
“Al principio, todos mis desafíos eran mentales. Me preocupaba lo que la gente pensaría después de que invertí tanto tiempo y dinero en la universidad, un curso de postgrado y mi carrera. Volvía a comenzar. No estaba acostumbrada a que la gente me dijera que 'no' o que no apareciera. Me preguntaba si había hecho lo correcto para mi familia cuando recibí un consejo maravilloso: Supéralo. Toma el control de tu vida, tu tiempo, tus sueños y sólo hazlo. ¡Así lo hice! Hoy mi esposo está en el negocio conmigo, tenemos cuatro hijos maravillosos y un negocio que nos brinda libertad con nuestro tiempo y nuestro dinero”.