“Vine a los Estados Unidos desde El Salvador en 1984, madre soltera de tres niños, Noemy, Anthony e Ingrid. Mi primer desafío importante fue que no hablaba inglés. Tenía experiencia en ventas de cosméticos en El Salvador y trabajaba para una importante compañía de ventas de cosméticos cuando me mudé a Los Angeles. Sin embargo, necesitaba un cambio. El trabajo no iba a darme lo que siempre había deseado: libertad y dinero. En 1989, un compañero de trabajo me presentó Primerica. Cuando fui a una convención en Las Vegas y vi la emoción decidí que esta era la oportunidad que estaba buscando”.
“Sólo en Primerica puedo ayudar a las familias, trabajar con mis hijos, alcanzar metas y tener libertad, dinero y satisfacción laboral. Encontré el éxito en este negocio con una perseverancia que me permite superar cualquier desafío. ¡Esta es una nueva forma de vida y el futuro será incluso mejor!”