“Crecí pensando que tener una buena educación era la clave para hacerse rico en Estados Unidos. Seguí una carrera en farmacia porque no me podía ver en un trabajo que me requería tratar con clientes. Era difícil para mí ir a la escuela, trabajar y ser madre. Mi esposo abrió una tienda pequeña para que yo no tuviera que trabajar para otros. Estábamos en la tienda 12 horas por día, los siete días de la semana, sin tiempo para disfrutar nosotros. Apenas llegábamos a fin de mes. ¡Robaron nuestra tienda dos veces, mientras nuestros hijos estaban allí! Dejamos la tienda por la seguridad de nuestros hijos, lo que nos dejó una deuda de casi $120.000. Fue un momento decisivo en nuestra vida”.
“En 1997 Primerica entró en nuestra vida y nos dio esperanzas de nuevo. Comprendimos la Cruzada y aprovechamos la Oportunidad. Utilizando los conceptos de Primerica, ahora estamos encaminados hacia la independencia financiera. Hemos estado en algunos de los lugares más hermosos del mundo y nunca podríamos haberlo hecho sin Primerica. Tenemos más tiempo con nuestros hijos y no nos arrepentimos. Sentimos como que es sólo el comienzo para nosotros y nunca estuvimos tan emocionados como ahora. La vida te dará todo aquello por lo que luches: lucha para ser alguien especial en tu familia”.